Señaló que la crisis que se desató aquel día es producto de las varias iniciativas legislativas que han sido impulsadas desde el Gobierno, y que no han sido aprobadas de la mejor manera dentro de la Asamblea Nacional.
Leyes como la de Aguas, Educación Superior, Comunicación, Código de Ordenamiento Territorial, entre otras, han generado “un ambiente de malestar social en algunos sectores, sin que estos y sin que los malestares encuentren un espacio de negociación, de diálogo, para que puedan procesarse”, dijo el catedrático.
La falta de sensibilidad del Régimen para escuchar a estos sectores es una de las causas que culminó con la revuelta uniformada, resaltó Burbano. Explicó que los policías que se sublevaron estaban molestos por el veto presidencial a la Ley de Servicio Público.
“Me parece que en el Ecuador han ido apareciendo en los últimos meses malestares sociales, planteados por actores de distinta naturaleza que reaccionan a las iniciativas legislativas, propuestas desde el Ejecutivo y que no encuentran espacios de diálogos, y más aún creo que son grupos cuyas visiones y objeciones a dichos proyectos de ley son desoídos por el Gobierno del presidente Correa”, enfatizó.
Además, el editorialista señaló que es a raíz de este problema se evidencia también un bloqueo comunicacional desde dentro del Gobierno, para poder reconocer a tiempo esta clase de conflictos y solucionarlos de la mejor manera.
“Entonces creo que hay un bloqueo de comunicación hacia adentro, que impide que el Gobierno pueda detectar a tiempo ciertos malestares que provocan sus iniciativas, y creo que hay una dificultad, mucho más profunda y grave, del Gobierno para dialogar, interactuar, reconocer y dar legitimidad a esos malestares y conflictos que surgen de una diversidad de actores”, dijo Burbano.
Del mismo modo, se sumó a aquellas visiones que aseguran que lo ocurrido el 30 de septiembre no fue un intento de un golpe de Estado, sino una “peligrosa insubordinación” de los uniformados que desató la violencia.
Precisó que es complicado asegurar si la retención del presidente de la Republica, Rafael Correa, pueda ser considerada como un secuestro, puesto que si se evidenció que el Jefe de Estado tuvo problemas para salir del Hospital de la Policía con las garantías necesarias; pero no es menos cierto que dentro de la casa de salud Correa, pudo recibir a ministros, firmar el decreto de estado de excepción, entre otros aspectos.
“Son temas muy difíciles de establecer con precisión que significa un secuestro, ¿significa que el Presidente estuvo retenido y que su libertad fue puesta como precio para que se vea obligado a firmar ciertos documentos?, ¿secuestro significa que el Presidente estuvo en un cuarto apuntado con un arma imposibilitado de ejercer como Presidente? Son términos que habría que precisar bien para evaluar lo que sucedió ese día en el Hospital de la Policía”, explicó.
Sobre la posibilidad de que se conceda una amnistía a los uniformados que se sublevaron, Burbano dijo que es necesario que se castigue a los culpables, pues fue un acto de insubordinación no solo contra el Régimen, sino contra los ciudadanos.
“Creo que no debe convertirse en un pretexto para realizar una cacería de brujas, creo que debe ser un proceso claro, transparente, objetivo que no sea manipulado ni utilizado por el Gobierno para confirmar o evidenciar que allí hubo un intento de golpe de Estado”, destacó.
A la pregunta de una posible salida política a la crisis generada en el país, el editorialista reconoció que no será fácil plantear un panorama positivo, pues todas las inconformidades vienen sumándose hasta estallar de cualquier manera como los hechos acontecidos el 30 de septiembre.
“El Gobierno debe ser más sensible a los malestares y a los actores que están planteando cambios”, mencionó.
Burbano, también indicó que el Presidente de la Republica debe olvidar la manera impositiva de gobernar al país
Felipe Burbano de Lara analiza los hechos del 30-S
Fuente: Ecuador en Vivo
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