El ministro coordinador de Seguridad Interna y Externa de Ecuador, Miguel Carvajal, ha asegurado que su país está ante una situación "delicada" y frente a un proceso de "desestabilización del Gobierno y la democracia".
"Es una situación delicada. Mi percepción personal es que estamos frente a un proceso de desestabilización del Gobierno nacional y la democracia en Ecuador", ha declarado ante las protestas.
Ante esta situación, los trabajadores de muchas empresas han sido enviados a casa y se han cerrado las escuelas mientras ya se están produciendo episodios de saqueo en las principales ciudades del país, Quito y Guayaquil.
Con todo, el presidente del banco central del país ha pedido a los ciudadanos que estén tranquilos y que no retiren dinero del banco.
El jefe del estado mayor del ejército se ha apresurado a mostrar su apoyo a Correa pese a la polémica ley que recorta privilegios a las fuerzas de seguridad mientras el ministro de Exteriores ha asegurado que no hay levantamiento popular sino una protesta "inaceptable e intolerable" de la Policía.
Epicentro de las protestas
El núcleo de la protesta se encuentra en el aeropuerto internacional de Quito, donde 150 militares han ocupado la pista, lo que ha obligado a cancelar sus operaciones, según ha confirmado el alcalde de la ciudad, Augusto Barrera."Por nosotros está en el poder Correa", han recordado los agentes, mientras en medio de la protesta se escuchaban gritos de "vamos a la guerra civil".
El otro foco se encuentra en el Regimiento Quito, donde cientos de policías han ocupado las instalaciones con gritos en los que llamaban a la unidad y a protestar contra lo que consideran una injusticia contra su profesión.
El presidente del país, Rafael Correa, se ha dirigido allí para lamentar frente a ellos lo que considera una "memoria frágil" pues, a su juicio, ningún otro Gobierno ha hecho lo que el suyo por esa institución del orden.
"Si quieren matar al presidente, aquí está: mátenme si les da la gana, les ha dicho Correa""Señores, si quieren matar al presidente, aquí está: mátenme si les da la gana, mátenme si tienen valor, en vez de estar en la muchedumbre, cobardemente escondidos", ha declarado Correa visiblemente exaltado al asegurar que su Gobierno seguirá "con una sola política de justicia, dignidad".
"Si quieren tomarse los cuarteles, si quieren dejar a la ciudadanía indefensa, si quieren traicionar su misión de policías, su juramento, traiciónenlo, pero este presidente y este Gobierno seguirán haciendo lo que tiene que hacer", ha añadido Correa.
"Si quieren destruir la patria, destrúyanla, pero este presidente no da ni un paso atrás, viva la patria", ha finalizado Correa.
El general Florencio Ruiz, jefe del Estado Mayor de la Policía, que llegó al Regimiento Quito, ha declarado la televisión Teleamazonas que llegaba al lugar para "calmar a la gente" y decirles que "no es necesaria esta protesta" y pedirles "un diálogo respetuoso, fundamentado jurídica y técnicamente con el presidente de la República".
Los militares se suman
El intento del comandante general de la Policía, Freddy Martínez, por dialogar con los manifestantes se ha visto frustrado cuando se accionó una bomba de gas lacrimógeno cerca del lugar donde estaba el jefe militar en el mismo regimiento.Los agentes, que escondían sus rostros de las cámaras, también han incendiado neumáticos en las afueras del regimiento para agudizar la protesta, inédita en Ecuador.
En medio de las protestas, los policías han pedido a gritos a los militares que los apoyen al considerar que también a las Fuerzas Armadas afecta la decisión de eliminar incentivos.
Sus palabras han tenido eco porque 120 militares se han unido a las protestas tras reunirse con el ministro de Defensa, Javier Ponce, a quien le han expresado su insatisfacción por el cambio en el sistema de bonificaciones y ascensos.
Policías y militares rechazan, entre otras cosas, que se hayan eliminado incentivos económicos en los ascensos y que se haya ampliado el plazo para los mismos.
Posible disolución del parlamento
Ante esta situación, el presidente estaría barajando disolver el parlamento al considerar que varias leyes esenciales para su proyecto político están siendo cuestionadas por miembros de su mayoría parlamentaria, según un ministro.
La nación sudamericana tiene una nueva constitución desde hace dos años que permite al presidente declarar un tiempo de parón político que le permitiría disolver el Congreso y gobernar por decreto hasta que unas nuevas elecciones presidenciales y parlamentarias se celebren, aunque esa medida tiene que ser aprobada por la corte constitucional para que entre en efecto.
"Este es un escenario que nadie quiere pero es una posibilidad cuando las condiciones para el cambio no existen", ha advertido la ministra de la Policía, Doris Solis, tras un encuentro con Correa.
"No se ha tomado una decisión pero los diputados de nuestra coalición tienen la obligación de ser coherentes con nuestro proyecto de cambio", ha recordado.
Más de la mitad de los 124 miembros del congreso ecuatoriano son aliados del izquierdista Correa pero el presidente ha criticado a los diputados de su propia Alianza del País por no apoyar sus propuestas de reducir la burocracia del país.
Fuente: Rtve
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